Todos hemos oído alguna vez “para gustos están los colores”
y no le falta razón a la frase. Hoy en día en el mercado hay infinidad de
colores y cada persona se decanta más por unos u otros.
Cuando tenemos claro el color que queremos no hay problema,
pero ¿cuándo tenemos dudas a la hora de elegir?
Hace años, cuando la economía estaba mucho mejor que ahora, se llevaba mucho más el colorido, tal vez porque si nos cansábamos de él no
teníamos problemas en cambiarlo, pero hoy en día tendemos a poner
algo que nos dure muchos años sin cambiarlo, colores más neutros, que no cansan.
De ahí la tendencia de los colores bancos, grises, beige, etc.
No solo es importante que el color nos guste, sino tener en
cuenta las sensaciones psíquicas que nos producen.
Debemos tener claro, que cada individuo percibe los colores de una
manera distinta, y de las típicas guerras sobre si a mi me parece de un color y a ti de otro.
Puesto que el tema color es muy amplio, lo dividiré en
varios post.
Os dejo una imagen en la que conseguimos
un efecto suave, relajante y de amplitud gracias a la combinación de tonos
claros con grises oscuros.
Salón con combinación de tonos claros con contraste en
textil gris. Paredes Blanco grisáceo, chimenea y guarda troncos en hierro
fundido negro, suelo de madera, lámpara de pie con tulipa blanca y pie negro,
cuadro díptico siguiendo los tonos de la estancia en blanco y gris, sofá y
reposa pies en textil gris para dar contraste.
Uno tiene en sus manos el color de su vida “Mario Benedetti”